sábado, 12 de enero de 2013

LA RECOMENDACIÓN DEL BANCO DE ESPAÑA SOBRE LOS DEPÓSITOS, ¿UNA MALA NOTICIA MÁS, O UNA OPORTUNIDAD?


La recomendación del Banco de España a la banca española de limitar la retribución de los depósitos, supone una nueva mala noticia para los sufridos ahorradores españoles que confían sus ahorros en depósitos (IPF), y que viene a sumarse a las que ya les ha deparado el año 2012.

Iniciaron el año con un aumento del gravamen de las rentas del ahorro, que quedó fijado (aunque sea de modo temporal) mediante una escala progresiva en tres niveles, entre el 21% y 27%, y finalizaron el año con la previsión de que en 2012, la inflación (verdadero gravamen silencioso que reduce los ahorros de forma sistemática y real) se situará en torno al 2,9%.

La "recomendación" del Banco de España supone que los depósitos se remuneren a unos tipos máximos del 1,75%, a un año, y del 2,25% a dos años. En términos reales implica que los ahorradores que depositen su dinero en cualquier depósito remunerado a esos tipos, van a obtener una rentabilidad anual real, después de impuestos, del -1,47% y -1,11%, respectivamente.

La medida según el prisma con el que se mire puede ser oportuna e inoportuna.

Es oportuna porque limita los efectos negativos de la "guerra" del pasivo que se había desatado entre las entidades financieras, lo que representaba un empeoramiento de los márgenes de las entidades financieras, especialmente para las que se encuentran en dificultades. Ahora bien como dice el refrán español "pagan justos por pecadores". Quizás la medida debería haber afectado solamente a éstas últimas, pero también es cierto que dicha discriminación pudiera haber ahondado sus dificultades.

A pesar de la demagogia actual sobre nuestro sistema financiero en general, y sobre los bancos en particular, no nos podemos permitir un empeoramiento de la crisis que afecta a nuestro sistema financiero, en ello nos va la vida.

Un aspecto que no está claro todavía, y que podría suponer un tratamiento discriminatorio, es si esta “recomendación” va a afectar a las sucursales de entidades extranjeras que operan en España (léase  ING, Banco Espiritu Santo, etc.).

Desde la perspectiva del ahorrador, como he indicado al comienzo, es una medida, en principio, negativa. Recuérdese que los españoles materializan sus ahorros mayoritariamente en IPF (el 43% según Inverco). Ahora bien, siendo ésto cierto, deben abrirse nuevas posibilidades a los ahorradores para colocar su dinero en otros productos financieros, a medida que sus depósitos vayan venciendo.

El ahorrador español debe espabilar y hacer sus deberes, adquiriendo mayores conocimientos financieros y, lo que es más importante, exigiendo que las entidades financieras sean más transparentes y proporcionen mayor formación a sus comerciales.

Es el momento de instrumentos financieros que están ahí y que no son muy utilizados por la generalidad de los ahorradores:
  • Los seguros, un instrumento de ahorro poco utilizado y que ofrece un alto nivel de seguridad, a una rentabilidad más que aceptable.
  • Los Fondos de Inversión, que pueden proporcionar altas rentabilidades, permitiendo diferir la alta tributación que soportan los rendimientos del capital mobiliario en la actualidad.
  • Los títulos del Tesoro (Letras, Bonos y Obligaciones) pueden suponer, asimismo, una oportunidad, por lo menos en una primera etapa, ya que a medida que la presión sobre la prima de riesgo se relaje, los tipos de estos instrumentos financieros irán disminuyendo y acercándose a los de los depósitos.
  • Para los más atrevidos, las acciones suponen una buena oportunidad, con una bolsa que tiene que iniciar su despegue, y títulos que pueden proporcionar jugosas rentabilidades.

Como siempre he insistido, es muy importante que antes de llevar a cabo cualquier inversión, tenga claro los siguientes extremos:
  • Conocer muy bien el producto en que se invierte
  • Asesorarse muy bien (ello excluye a los directores de banco)
  • La finalidad para la que queremos invertir
  • Conocer el plazo en que queremos invertir, y acomodar los importes a dicho período, esto le evitará tener que anticipar vencimientos, con los consiguientes quebrantos que ello pueda suponer
  • Preguntarse cuánto riesgo desea asumir
  • Diversifique el ahorro, no ponga todos sus ahorros en un mismo producto y en una misma entidad
  • Exija que le informen de los gastos y comisiones que soportará, y vigile su cumplimiento
  • Tenga en cuenta la tributación de los rendimientos como un elemento reductor de la rentabilidad definitiva
  • Exija que la entidad financiera se adapte a sus características, y no usted a la de los productos ofrecidos (recuerde que le hagan el test MiFID)