martes, 26 de octubre de 2021

EL PRECIO DE LA ELECTRICIDAD (BÁSICO)


Al ser el mercado de la electricidad un mercado libre, el precio de ésta se fija a través de la oferta y la demanda. A esta idea primigenia posteriormente le iremos introduciendo matizaciones.
La electricidad presenta la particularidad de que no se puede almacenar como tal, por lo que, en general, hay que producirla al momento que se demanda, y para producirla hay diferentes tecnologías que transforman una energía primaria (nuclear, térmica, hidráulica, eólica, solar, etc.) en energía eléctrica.
La producción no es uniforme, así la eólica, solar e hidráulica no pueden generar electricidad con continuidad importando las condiciones climáticas existentes. La nuclear cada 8.000 horas hay que hacer paradas técnicas importantes. Las plantas termoeléctricas pueden generar con continuidad sin importar las condiciones climáticas, o sin paradas técnicas.
Las tecnologías presentan, a su vez, diferentes costes de producción, a modo de ejemplo, hay tecnologías con costes fijos muy altos, pero con costes variables muy bajos. Por el contrario, hay tecnologías con costes fijos muy bajos, pero con costes variables muy altos.
La consecuencia de lo anterior es que el precio de la electricidad no es único, dependerá de cómo se genera, esto es que “mix” de tecnologías han sido empleadas para cubrir la demanda en cada momento.


Fuente: REE

Ya tenemos en un primer momento a los consumidores (demanda) y a los productores (oferta). Posteriormente a esta simplificación se le unirán todos los actores que conforman el mercado español de la electricidad.
No podemos soslayar el hecho que estamos inmersos en un proceso denominado “transición energética” por el que se pretende sustituir la energía proveniente de combustibles convencionales altamente contaminantes, como el carbón o el petróleo, por energía limpia proveniente de fuentes como el gas o las energías renovables (eólica, fotovoltaica, hidráulica, etc.), con el objetivo de lograr un abastecimiento energético respetuoso con el medio ambiente y capaz de paliar los efectos del cambio climático.

Y ¿Cómo incide ello en el precio?

Por un lado, tomando decisiones que afectan al mix de productores como son cerrando las centrales térmicas de carbón y fueloil, y convertir al gas (centrales de ciclo combinado) en un gran aliado para dicha transición hacia energías renovables. El problema que tiene esta medida es que España ha de importar todo el gas que necesita por lo que está a merced de los productores de gas y a las condiciones del mercado del gas en cada momento.
Por otro lado, estimulando a las empresas productoras vía costes y precio, a que se encaminen más rápidamente a tecnologías más limpias, (premiar la economía limpia y castigar la que emite). Como se hace:
  • Afectando al coste de producción de las tecnologías contaminantes, creando los denominados derechos de emisión con obligación por parte de los productores de entregar tantos derechos de emisión como toneladas de CO2 emitidas. Viene a ser un tipo de impuesto por contaminar, pero con la particularidad que tiene la naturaleza de instrumento financiero, por lo que se puede negociar en un mercado y su precio ser transparente y líquido. Se trataría de un impuesto en que la cuota la determina el mercado.
  • Por el sistema de fijación de precios. La teoría económica dice que, a cada nivel de demanda, responderá un nivel de oferta, y por la confluencia de ambas se fija el precio. En este caso, y para una unidad de tiempo determinada (hora) los distintos oferentes van cubriendo la demanda existentes, de más barato a más caro, fijándose el precio al del último oferente, que resulta el precio más caro. Con este sistema denominado “marginalista”, resultan beneficiados los productores más limpios que son los que tienen los costes más baratos, obteniendo un mayor precio y resultado.
La finalidad que subyace en estas medidas es que las empresas innoven, pues con energías más limpias tendrán menos costes, mayor beneficio y mayores flujos de caja que podrán dedicar a investigar. A la larga los precios irán descendiendo ya que, al ir desapareciendo los productores más contaminantes, no se verán afectados por los derechos de CO2, pudiendo ofertar a menor precio.

Una vez aclarado el esquema básico de determinación del precio incorporaremos a todos los intervinientes del sector. Así entre el consumidor final (particular o empresa) y el productor existe una nube de intermediarios.
  • Las empresas comercializadoras, que son las que realmente negocian el precio con los productores, en función de las necesidades de los consumidores.
  • Las empresas Distribuidoras que son las encargadas de distribuir la energía eléctrica desde las subestaciones hasta los puntos de consumo. Entre sus cometidos figuran los de mantener las instalaciones de distribución y garantizar la calidad del suministro y efectuar las mediciones en los puntos de suministro.
  • Red Eléctrica de España (REE): es la encargada del transporte de la energía, siendo la propietaria de todas las infraestructuras que posibilitan el transporte de la electricidad a muy alta tensión y por largas distancias, desde las centrales de producción hasta las subestaciones, como pueden ser los hilos conductores, las torres eléctricas.
En resumidas cuentas, el consumidor final contrata con una comercializadora en el mercado minorista, un precio que resulta del mercado mayorista que han negociado estas con los productores más toda una serie de servicios (peajes, gastos de comercialización) para que la electricidad llegue a su destino. A ese importe hay que añadirle los cargos (sobre los que no entramos, pero son sobrecostes que asume el consumidor), alquiler de equipos, impuestos y servicios añadidos (si se contratan aparte).
Si bien esta es la forma más habitual de contratar, los consumidores pueden negociar libremente con las comercializadoras otros precios que consideren conveniente. A su vez las comercializadoras pueden celebrar contratos bilaterales a plazo con las productoras. Este tipo de contratos permiten a los agentes compradores y vendedores gestionar sus riesgos, al tiempo que facilitan la competencia en los mercados mayorista y minorista. A modo de ejemplo, un comercializador que deba adquirir energía para abastecer a sus clientes. En ausencia de estos acuerdos, tendría que adquirir esta energía en el mercado diario, cuyo precio es desconocido en el momento de ofertar a sus clientes, estando expuesto al riesgo de que el precio en el mercado diario resulte más elevado que el que consideró a la hora de ofertar a sus clientes, corriendo por tanto el riesgo de incurrir en pérdidas. Esta es la razón por la que comercializadoras ofrecen tarifas fijas a un año.
Entendido el funcionamiento del precio, entramos a analizar las causas del incremento del precio de la electricidad.
La factura de la luz ha crecido según la OCU un 64% en lo que llevamos de año. La razón está en el aumento de los costes de una parte de las productoras, a consecuencia del aumento del precio del gas y de los derechos de emisión a los que hay que añadir el efecto impositivo sobre dichos aumentos. Recuérdese que por el sistema de fijación del precio en el mercado mayorista siempre que la demanda haya sido cubierta por ofertas de productoras de fuel, carbón y gas, afectadas por mayores precios del gas y de los derechos de emisión, el precio de fijación estará recogiendo el aumento.
El gas es un recurso energético más estacional que el petróleo, ya que el precio primero se ve afectado de sobremanera en estas fecha por una mayor demanda para calefacción. En los incrementos del gas hay razones a corto y largo plazo

                   Fuente: BDE
  • Son a corto plazo, el aumento de la demanda tras la pandemia, la necesidad de llenar los almacenes, vaciados el año 2020, para compensar los mayores descensos de la producción respecto a los de la demanda, y finalmente el aumento del precio del coste del transporte marítimo especialmente del GNL.
  • Son a largo plazo el aumento de la demanda de los países asiáticos, especialmente China. Pensemos que China representa el 80% del consumo mundial del carbón y el 9% del gas. Si el gigante pasa del carbón al gas hay garantía de aumentos continuados de la demanda mundial de gas.
Junto a las anteriores causas, tanto Argelia (caso de España), como Rusia (caso de Europa) han reducido sus ventas de gas, y no sólo por razones comerciales.

La segunda causa, como se ha dicho, está en el aumento del precio de los derechos de emisión de gases de efecto invernadero (desde los 30,9 hasta los 56 euros).
La causa principal está en la propia política de la unión europea. Así en noviembre de 2020 se produjo un ascenso en los precios al anunciarse un retraso en el inicio de las subastas de este 2021. Y se intensificó cuando el Consejo Europeo elevó del 40% al 55% los objetivos de reducción de las emisiones para 2030. Esta decisión se traduce en más actores en el mercado (entrada de los sectores logístico y edificación) y de menores derechos en circulación. La consecuencia es clara, a menor oferta y mayor demanda, aumento de precio.
La actuación de la unión no ha pasado desapercibida a los operadores del mercado que ante una más que previsible alza del precio de los derechos, han tomado posiciones especulativas, generando una mayor elevación de los precios de los derechos.

                                                                Fuente: BDE