jueves, 29 de septiembre de 2022

La fábula de la cigarra y la hormiga, tamizada por Hacienda

Don Amable era un conocido vecino de la preciosa villa de Llanes que abandonó este mundo hace 5 años. En el momento de su fallecimiento era viudo y tenía 2 hijos, a saber, Don Formal y Don Disoluto.

Tras su muerte, sus hijos se repartieron por igual su herencia, integrada por 1.000.000 de euros en efectivo. Ambos estaban casados, tenían un vástago. En concepto de ISD cada uno abonó 31.640 euros.

El hijo D. Formal destinó los 500.000 euros a adquirir una serie de acciones cotizadas en el mercado español. En los ejercicios siguientes fue realizando sucesivas adquisiciones por valor de 20.000 euros. Estas acciones le generaban unos dividendos anuales brutos por valor de 3.200 euros.

Su patrimonio se componía, además, de una vivienda donde residía, valorada en 200.000 euros, así como diversos activos de diferente naturaleza tales como un par de vehículos, una cartera de valores, y diversas cuentas corrientes. En definitiva, su patrimonio estable se podía cuantificar en torno a 1,3 millones de euros.

Por su parte Don Disoluto al poco de fallecer su padre, se separó de su mujer, perdió su empleo, y se marchó a Barcelona, donde haciendo honor a su nombre, dio rienda suelta a la satisfacción sin ningún tipo de freno de todo tipo de apetitos, comiendo, bebiendo, consumiendo sustancias psicotrópicas, y constituyéndose en un cliente habitual de diferentes clubs de alterne. A resultas de esta vida desenfrenada dilapidó su fortuna en un breve período de tiempo, quedando prácticamente en la indigencia. Su nueva situación le hizo “merecedor” de diversos subsidios y ayudas, habiendo recibido por estos conceptos un total de 6.000 euros. Además, su salud se resintió, precisando diversas atenciones sanitarias que podemos cuantificar en 9.000 euros.

Al poco de cumplirse los cinco años de la muerte de su padre, los dos hermanos coincidieron en una boda de una prima de ambos en la ciudad de Gijón. Al terminar el evento decidieron volver juntos en el vehículo de D. Formal. La fatalidad quiso que en medio de la noche un grupo de vacas decidiera cruzar la carretera justo en el momento que pasaba el automóvil con los hermanos. En el intento de esquivarlas el coche acabó colisionando frontalmente con un robusto nogal, falleciendo ambos hermanos en el acto.

No se tiene constancia de que los hermanos rindiesen cuentas ante San Pedro y/o Lucifer, pero lo que resulta indubitado es que los herederos rindieron cuentas ante las respectivas Consejerías de Hacienda.

·         El hijo de D. Formal recibió como herencia la cartera de valores que había constituido su padre cuyo valor de mercado al momento de la muerte de este, era de 700.000 euros, satisfaciendo en concepto de ISD la cantidad de 81.018,76€.

·         El hijo de D. Disoluto recibió como herencia el pésame del abogado y la factura de sus servicios pues su padre no tenía nada de valor.

 

Ejercicio práctico ¿Cuánto han pagado al fisco ambos hermanos y sus hijos?

Notas sobre D. Formal:

Para efectuar aportaciones, tuvo que obtener rentas sujetas a IRPF. Dado el volumen de ahorro (20.000 euros anuales) su TMG se estima era del 21%.

Tributaba anualmente en el IP, la parte proporcional de la cuota pagada que correspondía al FI era de 650 euros anuales.

Impuesto sobre transacciones financieras es un tributo de naturaleza indirecta que grava, en la forma y condiciones establecidas legalmente, las adquisiciones onerosas de acciones de sociedades españolas con una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros






Notas sobre D. Disoluto:

Se ha estimado una cantidad en el bebercio y comidas. El resto de las actividades entraban dentro de la economía sumergida o ilícita.

Sólo se tiene en cuanta los subsidios. Los gastos sanitarios, pese a ser transferencias del estado al particular no se computan en este cálculo.

 MORALEJA

La fábula de la cigarra y la hormiga tiene una particular interpretación si se tiene en cuenta la componente tributaria. La hormiga acaba pagando casi cuatro veces más que la cigarra. Y por si no fuera suficiente con freírla a impuestos, los políticos acabarán insultándola llamándola lindezas como burguesa, cavernícola, etc.