martes, 18 de marzo de 2014

EL ROCE

Tradicionalmente para medir la rentabilidad de una empresa dentro del análisis económico-financiero se emplean el ROE y el ROA. El primero es una medida de la rentabilidad financiera, mientras que el segundo mide la rentabilidad económica de dicha entidad.
Estos ratios están muy difundidos y aceptados, pero presentan algunas limitaciones derivadas de su simplificación de cálculo.
Así en el ROA considera el resultado de explotación en su conjunto sin tener en cuenta los impuestos, aspecto que es de especial importancia en un mundo como el actual en que los impuestos constituyen un componente fundamental de la empresa mermando su resultado. Por otra parte, en el numerador se computan todos los activos, tanto los funcionales como los posibles extra funcionales, y participaciones financieras.
En el caso del ROE, si bien en el numerador consideramos el beneficio neto, en el denominador, volvemos a considerar el patrimonio sin ajustar los componentes financieros y no funcionales de la empresa.
Un paso adelante en la idea de superar dichas limitaciones es el ratio ROCE, expresado por su denominación inglesa (Return on Capital Employed), en el que se relacionan el resultado operativo después de impuestos con los activos operativos netos.
La expresión de este ratio es:



Donde
BEDI: Beneficio de explotación después de impuestos (BEAI x (1-T))
BEAI: Beneficio de explotación antes de impuestos
AON: Activos Operativos Netos
T: tasa efectiva de impuesto de la empresa analizada

La información suministrada por este ratio aporta una medida del resultado que obtiene una empresa de sus activos operativos netos y para un período concreto de tiempo, entendidos estos, como la suma de los activos corrientes funcionales más las necesidades operativas del activo corriente, en definitiva activos que constituyen la base del negocio.
Lo correcto, como en el caso del ROE y ROA, es incluir en el numerador de este ratio, el Beneficio Operativo del ejercicio, y en el denominador el importe de los Activos Operativos Netos, pero al principio del ejercicio objeto de análisis.
Una vez obtenido dicho ratio, éste debe contrastarse de tres maneras:
1.      Con el ratio de años precedentes, al objeto de verificar su evolución en el tiempo, y si la rentabilidad aumenta o disminuye.
2.      Con el mismo ratio y período que se obtenga por las empresas del sector en el que opera la empresa analizada, y muy especialmente con aquellas que consideramos de referencia.
3.      Con, y aquí está una importante novedad, el Coste Medio Ponderado de Capital de la empresa (WACC en inglés) al objeto de verificar si la empresa genera o no riqueza para sus accionistas. En la medida que el ROCE sea mayor que el CMPC, la empresa ha sido capaz de generar un plus de rentabilidad por encima de la remuneración mínima requerida por los prestamistas de fondos y los accionistas.

Como en el caso del ROA y ROE, este ratio puede descomponerse para analizar cómo se ha gestado la rentabilidad obtenida, entre el margen operativo y la rotación de los activos operativos.

Así, si multiplicamos el ratio anterior por ventas/ventas, resulta lo siguiente:





El primer factor nos informa cómo el margen operativo de las ventas ha contribuido a la obtención de la rentabilidad, mientras que el segundo factor responde a cómo contribuyen los AON a la generación de ventas.
Si quisiéramos analizar el efecto fiscal, el anterior ratio podemos multiplicarlo y dividirlo por el Beneficio de explotación antes de impuestos (BEAI), lo que resultaría:



En este caso el análisis de la rentabilidad es resultado:
  • Margen bruto de las ventas del periodo
  • Rotación de los activos del periodo
  • Efecto impositivo, o lo que es lo mismo cómo ha afectado la tributación del impuesto sobre beneficios en la rentabilidad del negocio.

En definitiva, y viendo lo anterior, son las mismas recetas de siempre a la hora de analizar una empresa, para aumentar su rentabilidad 

vendemos más, 
o reducimos nuestros costes,
o somos más eficientes en el empleo de nuestros activos, 
o gestionamos mejor la política fiscal de la compañía.

Finalmente, a la hora de analizar la evolución temporal de este ratio, podemos analizar si la mejoría o empeoramiento del ratio entre dos periodos concretos se ha debido al margen o a la rotación. De esta manera, considerando el ROCE de dos momentos diferentes de tiempo (que llamaremos t y t-1), y denominando al margen (Ma), y a la Rotación (Ro), el resultado obtenido será: